Las marcas tienen que conquistar nuestro corazón.
Cada cierto tiempo surgen nuevas oportunidades para que las marcas se “re-piensen” y “re-conecten” con la sociedad.
Según las estadísticas, solamente una de cada cinco marcas impactan sobre nuestra calidad de vida.
Hoy en día la calidad del producto y del servicio se presupone, pero el reto va mucho más allá. Las personas cada vez tenemos las expectativas más altas; esperamos mucho de las marca, porque a menudo, estas nos definen y nos ayudan a crear nuestro mundo. Aunque muchas prometen, no todas cumplen.
Algunas empresas u organismos consideran que publicitar sus valores es suficiente para considerarse una empresa valiosa, pero ¿realmente no han percibido que en los últimos años todos nos hemos ido adaptando a los avances tecnológicos y con ello hemos entrado en la era digital con todo lo que esta implica?
Las marcas que aún no se han transformado, aquellas que nacieron hace mucho, las neo natas o las que están a punto de nacer ya pueden formar parte de este actual mundo.
Las marcas no son una moda: son ideas, experiencias, enseñanzas; son pasado y presente y, sobre todo, son un futuro desafiante. Por ello, es importante conocer el producto o servicio a fondo. Como igual lo es conocer los mercados y el público objetivo, buscar una categoría para la marca y sobre todo encontrar en qué eres distinto para desde aquí, crear el valor y explotar el aspecto diferenciador. Aquel que hace que seas único e irrepetible.
Cuanto más consistente es el mensaje en el tiempo, más coherente es la estrategia de marca con sus valores; y cuanto más conecte emocionalmente, más atención, lealtad y éxito conseguirá.
Una marca tiene que ser capaz de enamorarnos. Muchas de ellas ya nos han demostrado que hay un mundo de oportunidades para establecer la diferencia y así, conquistar nuestro corazón.
¿Te atreves a conquistarnos?
Porque el branding va más allá de diseñar un buen logo. Involucra toda la experiencia y a todos los sentidos. Debería influir en todo momento en la totalidad de las partes de una empresa y su público. Es un recurso de coordinación porque otorga coherencia a las actividades. Las marcas no solo dependen de sus signos gráficos, entran a través de muchos sentidos y deben ser reconocibles en varios de ellos. Cuanto más unida esté una marca a los sentidos, más fuerte será nuestra experiencia con ella y por tanto, más sólido será el vínculo .
Si a tu producto o servicio le quitáramos el logo ¿se reconocería como tuyo?
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