Los mapas nacen con el propósito de dibujar el mundo, de fijar los límites de nuestro conocimiento y porqué no, de nuestras conquistas. Una gran parte de la actividad humana está relacionada de una u otra forma con la cartografía. Pero, ¿qué ocurre en el territorio? En esos lugares donde habitamos los seres humanos, donde nos movemos y relacionamos, ¿podemos dar una  interpretación colectiva del espacio a partir del olfato?

Kate McLean, creadora de “mapas olfativos” en varias ciudades del mundo, afirma que sí. “Mientras el campo visual está dominado por representaciones de datos, todavía hay que inventar modos sensoriales con los que interpretar individual y colectivamente el espacio”. El sentido que la artista escoge para componer una interpretación alternativa del espacio, es el olfato.

Para esto, la autora crea un mapa de olores de  ciudades de diferentes partes del mundo. Recoge las impresiones de los visitantes acerca de los aromas con la intención de dar vida, posteriormente, a una interpretación colectiva de la ciudad a partir del olfato. sensorymaps.com

El sentido del olfato juega un papel importante en nuestra experiencia de la vida urbana, ya que  tiene un vínculo especial con la memoria y las emociones, siendo el único sentido que conecta directamente con nuestro sistema límbico y por lo tanto, se relaciona directamente con nuestros sentimientos  y nuestros recuerdos.

¿A qué huele tu territorio?